lunes, 22 de julio de 2013

Berodia El español que abrió la puerta en Bolivia

García Berodia desvió la mirada de los clubes al país ibérico

Fue el primero en jugar en la Liga boliviana y ahora ya hay siete. Su talento fue el mejor referente. España tiene hoy el mejor fútbol y sus representantes en el torneo nacional quieren confirmar aquello.

LA PAZ / Cambio

Los futbolistas españoles han comenzado a invadir el fútbol profesional boliviano. Los refuerzos ya no vienen en gran número de Argentina o Brasil.

El que abrió el camino en Bolivia fue Gerardo García Berodia, que jugó en el torneo anterior en Wilstermann. Su talento fue el mejor referente para que otros clubes de la Liga boliviana miren al país ibérico, donde hoy está el mejor equipo del mundo, el Barcelona de Lionel Messi.

Ahora ya son siete los españoles que tienen equipos en el país: Eduardo Moya, José Sánchez Capdevila y Juan Miguel Callejón, en Bolívar; Gerardo García Berodia, Félix Quero y David Mainz, en Wilstermann, y Rubén de la Cuesta, en Universitario.

Esta fiebre puede extenderse más adelante si la respuesta es tal como viene precedida.

García Berodia recuerda que cuando tenía 15 años estuvo en Santa Cruz con el Real Madrid —club en el que comenzó su trayectoria futbolística— para jugar el Mundialito Paz y Unidad. “Hoy en Cochabamba me siento cómodo, tranquilo y contento”.

El español incluso muestra un claro dejo cuando conversa: “Hombre, llegué en enero pasado, gracias a Dios salieron bien las cosas y aquí seguimos”, dice sobre su estancia en Bolivia.

Le alegra que su rendimiento haya sido la señal para que otros clubes bolivianos puedan mirar el mercado español para traer más jugadores de su país.

“Está claro que si las cosas no me hubieran salido bien otra hubiera sido la figura, porque entiendo que nunca un jugador español había jugado en Bolivia; entonces por ese lado estoy tranquilo y espero que lleguen más jugadores de mi país”, afirma.

CRISIS ECONÓMICA

Aclara que la salida de jugadores españoles no es tan complicada como antes, porque “la crisis económica que hay ahora mismo en España también facilita la salida de los cuates”.

Añade que por esta situación “muchos compañeros míos están yendo a otros sitios, como Chipre, Grecia, Austria y Bolivia, donde ya somos creo siete y espero que vengan más, aunque esto depende de cómo podamos responder en la cancha. Los que están conmigo lo hacen bien”.

Destaca que el futbolista español está bien preparado y esa valoración se nota porque “hay jugadores en cada parte del mundo. Además, el fútbol español está en su auge, es que su fútbol en todas las categorías es bueno y tiene su estilo”.

De los compatriotas que llegaron hasta ahora al país dijo que conoce a la mayoría y afirma que “son de buena calidad, talentosos, espero que se adapten bien al medio y respondan de acuerdo con sus antecedentes y abran más puertas”.

LAS DIFERENCIAS

Remarcó que la Liga boliviana es “muy particular” porque se juega en ciudades con diferente altitud. “A veces jugamos a 500 metros sobre el nivel del mar y unos días después a 3.800, entonces eso dificulta, pero no hay otra, los jugadores que vengan van a tener que adaptarse al medio de vida que hay acá”.

En cuanto al futbolista boliviano dijo que “hay diferencia” porque el jugador local no es disciplinado en la alimentación y en el descanso; en cambio, “el jugador español tiene un estricto control en esos aspectos, aunque todo tiene que ver con la cultura de cada país y eso se respeta”.

En el tema económico señala: “No puedo decir que se gana bien o mal. Es algo mío”.

Resalta que hay varios factores para definir esa situación. “Primero la situación económica del club, está claro que lo clubes más fuertes podrán echar mano de jugadores europeos, y otros no podrán por el tema del presupuesto. Después está qué te ofrecen y cómo negocias”.


“En Bolivia hay pocos campos deportivos, y los que hay están descuidados, merecen más atención”.

Gerardo García Berodia / Jugador de Wilstermann


“Estoy feliz en Bolivia”

Gerardo García Berodia, de 32 años, llegó a Bolivia por un año, luego amplió su contrato hasta junio de 2016 con Wilstermann y “ahora pienso quedarme a terminar mi carrera en Bolivia.

“Soy una persona de cumplir mis compromisos, salvo que ocurra algún imprevisto y tenga que forzar mi salida; por ahora estoy cómodo y feliz”, resalta.

Reconoce que en Cochabamba se come bien, aunque “hay que tener mucho cuidado con exagerar”.

Dice que cuando llegó a Cochabamba, “se me revolvieron las tripas y soporté problemas digestivos, ahora todo está bajo control”.

Afirma que nunca se olvidará que “la afición es muy pegajosa, te pide autógrafos, fotos, te saluda en la calle. Es un mundo totalmente diferente al que se vive en España”, finaliza.

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