martes, 19 de marzo de 2019

El abandono del brasileño Serginho, del partido Blooming- Wilstermann, originó una ola de repudio generalizado en el país.

Los actos de racismo y discriminación en las canchas de fútbol son constantes en el continente de Sudamérica y se está queriendo generalizar en el país. Lo sintomático es que poco a poco ingresa a los campos de juego de nuestro país, algo que no ocurría.

El pasado domingo en el estadio Ramón Tahuichi Aguilera algunos fanáticos de Blooming hicieron movimientos y el sonido de un gorila, en alusión clara al brasileño Serginho (que juega en Wilstermann).

Serginho no soportó las acciones de racismo y se marchó del campo de juego cuando faltaba cinco minutos para cumplir con el tiempo reglamentario.

Todavía no se conoce la sanción que podría llegar a Blooming, club que era dueño del espectáculo, o en su caso al estadio Tahuichi. Pero, hay un repudio generalizado, porque esta práctica, es poco usual en la afición nacional. En lo que va el fútbol profesional en el país no se registró ninguna sanción de este tipo (racismo y discriminación), pero hay antecedentes de jugadores que sufrieron cánticos e insultos por el color de la piel. El 9 de diciembre del 2018, en el estadio Víctor Agustín Ugarte, el delantero de Royal Pari, el colombiano Jhon Mosquera se quiso ir al vestuario (en medio del partido) porque recibió insultos racistas de parte de los hinchas de Real Potosí.

La dirigencia de Royal Pari anunció que iba a realizar una representación legal ante la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), pero no se conoció ninguna sanción al club que oficializó como local.

El 1 de agosto del 2018, en el estadio Hernando Siles, el mediocampista de Destroyers, el brasileño Marcelo Amarildo expresó su molestia luego de jugar contra The Strongest, debido que hinchas del cuadro local también habrían incurrido en actos racistas. Tampoco existió una demanda, menos una sanción.

Al margen de los hinchas, también los protagonistas del fútbol en el país comenzaron a incurrir en insultos racistas. El 1 de marzo de este año, el delantero de The Strongest, el panameño Rolando Blackburn indicó al dirigente de su club, Ricardo Llano, que agredió al asistente de Nacional Potosí, Marcos Paz, porque le hizo un insulto racista. “Espero que este tipo de actos no se vuelvan a repetir”, dijo ayer el atacante panameño. El propio Serginho que prefirió irse del campo de juego el pasado domingo, también tuvo un mal episodio contra el defensa Erwin Melgar (Destroyers), quien lo habría llamado “macaco”. Además, que la hinchada de Destroyers le dijo “mono” en reiteradas oportunidades. “Gran parte de la hinchada adversaria (de Destroyers) empezó a insultar en alto y buen sonido con palabras racistas como ‘mono’”, puso Serginho en su cuenta de facebook, esto ocurrió el 6 de agosto del 2018.

En esa oportunidad añadió, “También un jugador del equipo contrario me insultó en varios momentos del partido: me llamó mono y macaco (mono en portugués). El jugador se llama (Erwin) Melgar. Ya es la tercera vez que me ocurre aquí (en Bolivia)”.Ayer, su club, Wilstermann, salió en su defensa a través de su presidente, Grover Vargas, quien manifestó que se debe aplicar una dura sanción a los infractores, además que su club le da su apoyo total al brasileño.

Paulo Apaza

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