Los aviadores no pueden ejercer autoridad sobre sus rivales, sin importar su talla, cuando juegan en el estadio Félix Capriles y la consecuencia salta a la vista cuando deja escapar puntos que luego termina necesitando para meterse entre quienes pelean por el título o por lo menos, entre los que luchan por un cupo a la Copa Libertadores.
Desde su regreso a la Liga profesional en 2012, por Wilstermann pasaron técnicos nacionales, argentinos y hasta un español. Pero ninguno pudo romper el maleficio: ganar en casa con solvencia.
Para nadie es un secreto y no hay que saber mucho de fútbol para repetir hasta el cansancio que la receta comienza por ganarlo todo como local. Sin embargo este Wilstermann empató el 40 por ciento de sus partidos en Cochabamba, cifra que en anteriores campeonatos y pasadas temporadas se fue repitiendo casi con exactitud hasta convertirse en un verdadero cáncer para las ambiciones aviadoras.
Una vez más, el rojo se debate entre las casillas de la mitad de la tabla de posiciones resignando con empates como el de ayer frente a Nacional (2-2) sus mejores oportunidades para acercarse a la cima o al menos para aspirar seriamente a una clasificación para Libertadores.
Wilster parece nuevamente estar resignado a conformarse con el premio consuelo de la Sudamericana, que beneficia a casi la mitad de los equipos, como lo ha hecho en los recientes torneos.
Depende de otros resultados para alcanzar la Libertadores, el sueño del título se esfumó y un nuevo fracaso está a la vista.
COMENTARIO
LA FIESTA DE Boca LLEGÓ SOBRE EL FINAL
RAFAEL CASTELLÓN
Periodista Deportivo
Boca Juniors le ganó 2-0 a River Plate en La Bombonera, en el primero de los tres superclásicos programados para jugarse en 10 días y se consolida como el líder del torneo argentino. Restan los dos encuentros por Copa Libertadores
El cordobés Cristian Pavón y Pablo Pérez, dos jugadores que entraron durante el segundo tiempo, le dieron forma a una victoria que llegó sobre el final del encuentro.
El mérito del equipo conducido por Rodolfo Arruabarrena fue buscar la victoria hasta el final y el premio le llegó cuando el partido parecía encaminarse sin remedio hacia un 0-0.
Arruabarrena y el volante argentino Fernando Gago se convirtieron en dos grandes protagonistas de este primer choque, merced a los cambios de uno y la actitud del otro.
“Salió un partido más trabado de lo que pensábamos. No fue el mejor ni de Boca ni el de River, pero creo que fuimos justos ganadores y ya tenemos que pensar en el jueves”, señaló el técnico xeneize.
También reconoció que fue un partido “en el que quien convierte el primer gol, abre los espacios” y que por ese motivo se llegó al segundo gol.
“Ahora viene un partido de 180 minutos, en el cual seguirá habiendo intensidad y miedos. Acá el que esté fuerte de la cabeza y juegue mejor es el que se va a llevar la eliminatoria”, señaló el DT.
“Ahora el resultado vuelve a ser 0-0, los pequeños detalles y el manejo del entorno serán determinantes”, concluyó.
Gago fue concreto al señalar que “el objetivo se cumplió”, refiriéndose al desenlace del encuentro. “Los partidos hay que jugarlos, son difíciles. Hoy se logró el objetivo, que era ganar los tres puntos. Siempre es importante ganar clásicos y más de local. Tuvimos situaciones de gol claras. Veníamos haciendo un buen partido en líneas generales. Por ahí, con algo de vértigo. Pero es normal. No tenemos que perder la forma de jugar, eso nos va a hacer crecer”, dijo.
El encuentro se desatoró cuando a los 39, no pudieron definir Lodeiro ni Pérez, pero por detrás apareció Pavón, cuyo remate junto al primer palo de Barovero terminó en el primer gol.
Con un River jugado en el ataque y tras una mala salida, Lodeiro encaró a Barovero, que tapó, pero el rebote le quedó a Pérez, quien definió con tranquilidad y coronó la fiesta en La Bombonera.
A ambos les queda el desquite de 180 minutos y al resto, dos capítulos de emociones.
ANÁLISIS
Angustia de lo que pudo ser y no fue
MOISÉS REVOLLO
Periodista Deportivo
Los altibajos, las imprecisiones e incertidumbres son una constante de nuestro fútbol en crisis los últimos años y uno de sus componentes más acentuados, por lo que representa a Cochabamba, es Wilstermann con su actual plantilla.
Este grupo de jugadores, en su mayoría heredado del corto ciclo de Julio César Baldivieso, por el entrenador Juan Manuel Llop que exagera con sus desesperantes planteamientos y alineaciones jugando como local, perdió la confianza de muchos seguidores que ya dejaron de concurrir al estadio para no sufrir hasta lo indecible, por la falta de funcionamiento y contundencia.
Lo que parecía un partido de simple trámite ante Nacional Potosí, se convirtió en una pesadilla, con un castigo demasiado grande pero merecido, por una producción desorientada e impotente.
Se creía que por la presencia de Mauricio Soria en el escenario, se esmerarían más que nunca jugadores como Cristhian Vargas, Edward Zenteno, Juan Pablo Aponte, Juan Carlos Zampiery, Iván Huayhuata, Rodrigo Vargas y Óscar Díaz, pero fue lo contrario porque ni se acercaron a cómo jugaron contra San José, hace pocos días.
Sin quitarle el mérito a Nacional, con un buen planteamiento de su técnico, donde destacaron Zamora, Choque, Jiménez, Justiniano y especialmente Charles Da Silva, Wilstermann que en los papeles era superior, volvió a generar múltiples situaciones de las que apenas convirtió el 20 por ciento frente al 80 por ciento del equipo potosino que festejó como triunfo este resultado.
En grandes pasajes del encuentro, el esquema que refleja la actitud de los rojos es del HQLP (hagan lo que puedan). Ansioso pero lento, rendido, desatento, exaspera a las tribunas, que ya perdieron la paciencia con justa razón.
Es notorio el bajón de Mariano Torres desde que se habla de su paso a otro equipo, Andaveris no es el mismo que aman los seguidores, Santos quiere pero no concreta, Neumann está lejos de lo que era, en fin, este es el modelo 2015 de Wilstermann que tendría que mejorar para el próximo certamen.
Así es el fútbol, mucho más el nuestro por su irregularidad, observada en cada uno de los equipos y en el caso de Wilstermann muy particularmente, porque podía quedar esta fecha compartiendo el segundo lugar con The Strongest y volver a aspirar a un espacio en la Copa Libertadores, pero termina su penúltimo partido de local silbado, aunque todavía manteniendo la esperanza de sumar ante Sport Boys el miércoles, ganar a Blooming el domingo y dar el batacazo de visita ante Universitario y The Strongest.
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