No importó el frío, el viento y la lluvia. Todo estaba listo para gritar los goles de su equipo. Algunos apelaron a un impermeable o un paraguas para no mojarse, mientras que otros con el dorso desnudo cantaron los 90 minutos del encuentro.
Después de mucho tiempo, las graderías del estadio Félix Capriles tuvieron un marco importante de público, que aprovechó el intermedio para comer una empanada, un sándwich o una chhanqa de pollo en la tribuna general.
Los periodistas, con micrófono en mano buscaron entrevistas con los jugadores para reflejar lo ocurrido en el terreno de juego. Además de mostrar los detalles de un partido que cobró expectativa en la semana.
Los policías formaron un cordón de seguridad durante el partido en la curva sur para evitar enfrentamientos entre los aficionados de Wilstermann y Bolívar.
Los árbitros tuvieron que retirarse del terreno de juego en medio de silbidos, insultos y con protección policial. Los hinchas reclamaron por una mejor actuación.
Al final, el público dejó el estadio contento por el buen fútbol.
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