El empresario valluno se siente feliz porque este logro unió a toda la familia wilstermanista, a quienes anuncia que habrá sorpresas en los siguientes meses.
¿Cómo se siente con este nuevo título?
Primero con alegría, nos está yendo muy bien. Hicimos mucho esfuerzo y sacrificio, se pasaron muchas horas malas, pero bueno, siempre llega la recompensa cuando uno hace bien las cosas; gracias a Dios, quien te da el camino a la fortaleza, la sabiduría, y el aprendizaje que es importante para manejar un grupo deportivo como es Wilstermann.
¿A qué le atribuye este éxito?
La virtud principal fue el trabajo, la humildad y creer que ellos (por los jugadores) son los hombres adecuados para cambiar eso. Cuando vuelvo de La Paz, luego del problema que tengo, hablé con ellos, me reuní, estábamos muy mal, destrozados anímica y económicamente, yo los tranquilicé, los reuní y les dije: esta es la realidad, ustedes tranquilos, confíen en mí, que no va haber ningún problema, yo voy a solucionar todo esto, y lo hice, calladito sin hablar mucho y con mucho trabajo. No me gustaba hablar de la parte económica, es más, les prohibí (a los jugadores) hablar del tema económico, porque ese es problema nuestro, no puede ser problema de todos.
Siempre fuimos responsables con el primer plantel, es verdad, se debía (sueldos), pero nunca hipotecamos ni televisación ni nada, por eso, yo sabía que podíamos salir de esa situación.
Gracias a Dios el plantel está al día y está feliz por eso. Dios mediante ellos también se pusieron la camiseta y dijeron: vamos todos juntos. Yo les dije: no quiero saber más de ese tema, obviamente tuve unas cuantas peleas por ahí, tuve que ser drástico con ellos, para que estén tranquilos y se dediquen a jugar y se olviden del resto. Cada uno tiene su obligación dentro del plantel y la mía era la parte administrativa y económica.
Ellos se pusieron la camiseta, la sudaron, se sacrificaron y consiguieron los resultados.
¿Qué marcó la diferencia para que este equipo no se caiga como en otros campeonatos?
Todo es un aprendizaje. Cuando entramos (con la nueva dirigencia en 2012) cambiamos todo, el 100 por ciento del equipo. Se fue Mauricio Soria (extécnico) y modificamos casi 100 por ciento de nuevo, fue entonces cuando dijimos: no, ahora vamos a dejar una buena base, hice unos retoques y después lo mismo, cambié dos o tres jugadores. Formé un grupo sólido y bueno, se le dio un poco de ánimos, hacerle entender de qué sí es capaz y de que si se podía.
Nunca se dudó de eso, cuando peleábamos la punta siempre venía una cosa, pero creo que en esencia es el trabajo, el convencimiento y la humildad. Obviamente, el trabajo del técnico y el planteamiento ofensivo le dio otra cara a Wilstermann.
¿Qué lo animó a elegir como técnico a Julio Alberto Zamora?
Eso es Dios, soy una persona muy creyente. Vino Julio (ya lo hizo anteriormente y le dije que no), y me habló de Dios con una humildad, con un hambre de éxito increíble, y yo dije: este es el hombre. Todos los cochabambinos no estaban de acuerdo ni el periodismo, entonces dije: este es (el elegido), y la verdad, no es cosa de Gróver Vargas, es cosa de Dios, confié en él (por Zamora) y nos respondió a cabalidad, se esforzó, trabaja bien, le da otro toque ofensivo al plantel, siempre fue delantero (como jugador), entonces ve el fútbol de forma ofensiva.
Trabaja y trabaja, sabe manejar el grupo, él ha sido un gran jugador, sabe cómo mantenerlos bien prendidos en la cancha, hay cosas muy buenas en él. Supo motivarlos, engranó un buen plantel y sacó buenos resultados, que nos hacían falta.
¿Cómo vive cada partido?
Comencé hacer mi empresa desde muy joven, entonces aprendí a moldear mi carácter y saber qué es lo que puedo y no hacer. Lo manejo bien, con tranquilidad. Lo importante es que lleguen los resultados (bromeó). Al técnico lo tengo acá dos o tres veces por semana, y cuando tengo que hablar con los jugadores los hago venir a mi casa. Por eso dije: hay que saber cómo llegar al cuerpo técnico y a los jugadores.
A veces me pedían el sueldo: quiero mañana, y les decía: no hay mañana, ustedes no pueden venir a imponer, tiene que ser cuando se puede, dentro de los términos adecuados.
Ahora estamos juntos, incluyendo la hinchada. Es la felicidad que tenemos como dirigencia, hemos logrado enamorar nuevamente al público. Eso ayuda mucho. ¿Cómo se logra eso?, con trabajo y resultados. Se ha logrado lo más difícil, unir a la familia wilstermanista.
Como meta, esto recién es el comienzo, porque Wilstermann, de aquí en adelante va a ser siempre el mejor equipo de Bolivia, no puede ser que el equipo no esté siempre entre los tres primeros puestos. Me voy a encargar de tener siempre un buen plantel, una gran familia, tenerlos bien cómodos, pero con disciplina.
¿El premio económico por clasificar a la Copa Libertadores de 2017 servirá de colchón para el futuro?
Los jugadores tendrán una buena parte de esto (por el premio) porque se lo merecen, pero igual va a quedar, igual vamos a administrar bien.
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