Es el presidente del club Wilstermann, Gróver Vargas quien, con la amabilidad que lo caracteriza, nos confesó que viene adelantando todas las gestiones necesarias para acompañar a su equipo el domingo frente a Petrolero, en un partido que (calcula al igual que todos) puede terminar en vuelta olímpica y fiesta.
Para un dirigente en una situación común, este hecho sería algo lógico y sencillo. Pero para Vargas que ha hecho de este ambiente su mundo desde hace seis meses debido a la detención domiciliaria que falló la fiscalía del Estado por temas extradeportivos, será todo un acontecimiento.
Desde entonces, su casa es su oficinal. El directivo incluso fue anfitrión de una reunión de la Federación Boliviana de Fútbol y ocho clubes de la Liga. Es más, para este jueves está programada otra sesión, pero con la presencia de los 12 clubes profesionales del fútbol boliviano. Sí, en su sala.
Con el celular en la mano y desviando media docena de persistentes llamadas, el directivo fue comentando la fiesta que prepara para el partido del domingo, donde Wilster puede y espera consagrarse campeón.
“Estamos haciendo los trámites para que podamos estar junto a los jugadores, cuerpo técnico dando la vuelta olímpica y vivir la fiesta junto a los hinchas”.
A solo unos pasos de la sala, su entorno más íntimo (su esposa María Eugenia Fernández y sus hijos Luciana, Victoria, Gróver y María Fernanda) siguió la entrevista.
“Me alegra mucho conquistar este premio, luego de los momentos difíciles que pasamos en lo personal e institucional”.
El dirigente calificó al plantel de jugadores y cuerpo técnico como “una familia” que respondió al proyecto de la dirigencia que buscó “hacer unos retoques en el equipo” para mantener el grupo que juega junto hace dos campeonatos consecutivos.
El titular aviador mira al futuro y asegura que seguirá al frente de su club. Adelanta que mantendrá “la base del equipo” y “realizará algunos retoques” en diferentes zonas del terreno de juego.
Vargas prefirió no hablar del dinero que mensualmente paga a su plantel de jugadores, pero reconoció que “es un monto fuerte”, pero que de todas formas se incrementará para encarar la Copa Sudamericana que arranca en agosto. Sin embargo, Vargas prefiere dejar de lado los proyectos y solo piensa en su equipo y en un estadio teñido de rojo.
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