Desde muy temprano, cientos de seguidores del Rojo se trasladaron hasta el aeropuerto internacional Jorge Wilstermann, donde aguardaron la llega de la delegación aviadora procedente de Sucre, donde se jugó la final.
Cerca del mediodía, una marea roja cubría por completo la terminal aérea y las calles y avenidas aledañas.
A la salida del aeropuerto, abriéndose espacio en el tumulto entre sonrisas, abrazos y agradecimientos, los jugadores celebraron la corona que consiguieron el miércoles. Una caravana de automóviles, motocicletas y gente a pie, acompañó el viaje de los aviadores hacia el centro de la ciudad, hasta la plaza de las Banderas, previo paso por El Prado donde otros seguidores se sumaron a la fiesta del cuadro cochabambino.
Los fanáticos de los aviadores aprovecharon también para sacarse fotos con los jugadores y pedir los autógrafos a cada uno de ellos, que se olvidaron del cansancio físico y se mostraron muy alegres.
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