Ante los bochornosos actos del sábado, con el lanzamiento de una granada de gas en el evento "Día del Rojo" y el destrozo del Hotel Cochabamba, los directorios de Aurora y Wilstermann se pronunciaron ayer y afirmaron que lucharán juntos para erradicar estos actos salvajes.
"No se puede permitir que sigan sucediendo estos hechos vandálicos. Lo más importante es velar por la seguridad del deporte y que por culpa de gente inescrupulosa se vea manchado el fútbol", dijo Gróver Vargas, presidente rojo.
Luego de una sucesión de incidentes protagonizados por las mal llamadas "barras bravas" de ambos equipos, la alarma despertó a los directivos de ambos clubes, quienes no dudaron en unirse para evitar que estos acontecimientos crezcan.
Antes de la gasificación y el destrozo en el Hotel Cochabamba, los "barras bravas" protagonizaron otros incidentes: el robo de la plaqueta del vestuario norte "Otoniel Novillo", por parte de los seguidores celestes; la gasificación en el encuentro ante Quilmes, responsabilidad de algunos hinchas aviadores; además de innumerables enfrentamientos entre las facciones opuestas.
Por su parte, Bernardo Pavisic, presidente de Aurora, coincidió con Vargas e hizo un llamado a la Policía Nacional para brindar seguridad a todos los actores de este deporte, en especial porque se avecinan la final de la Copa Cine Center entre Wilstermann y Blooming, además del duelo por Copa Sudamericana entre Aurora y Sportivo Luqueño de Paraguay.
"Exigimos seguridad para estos dos eventos que se realizarán. Quizás es alguien que quiere dividir al fútbol cochabambino", dijo Pavisic.
Tras los hechos, ambas directivas iniciaron los procesos para dar con los responsables de los hechos.
Pavisic: "Educar es la base"
Roberto Pavisic, reconocido exdeportista y entrenador de fútbol y voleibol, se pronunció sobre los hechos acontecidos y que empañaron al fútbol cochabambino.
"Educar es la base, inflamos mucho las cosas para que reviente", indicó Pavisic.
Según recordó, dos acontecimientos marcaron negativamente al deporte cochabambino: la sobredemanda de espectadores en el coliseo de la Coronilla, en una jornada de voleibol durante los Juegos Bolivarianos de 1993; y la clausura del estadio Félix Capriles en la Copa Libertadores de 1979, luego del bochornoso encuentro entre Wilstermann y Olimpia, que terminó con victoria para el once paraguayo 0-2 y una avalancha de personas. Este último hecho obligó al Rojo a jugar como local en Santa Cruz y La Paz.
"Es una vergüenza, hay que prohibir esto, sino terminaremos como en Argentina", concluyó Pavisic.
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