viernes, 15 de septiembre de 2017
Una marea roja y azul se volcó al estadio Félix Capriles
Cochabamba prácticamente se paralizó porque toda la atención se centró en el partido que disputaron Wilstermann y River Plate, y que terminó con una victoria aviadora como un regalo por la efeméride de la Llajta.
La expectativa fue tanta en torno a este cotejo que incluso se adelantaron para el miércoles los desfiles cívicos.
Como se esperaba, la gente fue desde tempranas horas al estadio Félix Capriles. Sin importar que el partido iniciaba a las 20:45, desde mediodía los hinchas esperaron, primero que se abran las puertas y luego buscaron el mejor lugar para alentar a su plantel.
El control para que la gente ingrese al sector del estadio fue estricto; persona sin entrada no podía pasar.
Ya en las puertas de acceso los hinchas hicieron largas colas para ingresar al estadio. Las filas de general, por ejemplo, pasaban el coliseo Evo Morales.
Cuatro horas antes del cotejo, el estadio estaba casi lleno, tan sólo quedaban algunos espacios en las partes laterales de la general.
El sector de preferencia fue el más abarrotado, con gente sentada en las gradas de acceso, en la parte baja y en los barandales.
A la gente no le importó esperar por más de seis horas el inicio del encuentro, ya que disfrutaron el momento y se fueron del escenario muy felices.
La hinchada cumplió, se organizó con la dirigencia para realizar un recibimiento en grande, pero sin incumplir el reglamento de la Conmebol. Fueron más de 25.000 globos rojos y azules que la hinchada repartió, además dibujaron una bandera gigante de Wilstermann.
Lo negativo fueron dos bengalas, pero estas estaban en posesión de la hinchada de River Plate, que también recibió a su equipo con globos rojos y blancos.
El despliegue policial funcionó, porque no se registraron incidentes violentos entre barras. Aunque en la previa del cotejo hubo provocaciones entre hinchadas en la Libertador Bolívar; sin embargo, fue controlado por un cerco policial que estuvo en medio de ambas hinchadas.
Como en todo partido de fútbol, donde las emociones son fuertes, la intolerancia a veces se produce en las masas. En preferencia, se pretendió sacar a un grupo de hinchas de River Plate. Sin embargo, la oportuna intervención de la Policía evitó que el incidente creciera, porque la fanaticada aviadora ya empezaba a lanzarles objetos y pedía que se vayan. Al final no se movieron y todos disfrutaron del espectáculo.
Los primeros en salir del estadio, una vez finalizado el cotejo, fueron los hinchas de River Plate, que en su mayoría se dirigieron a la parte norte de la Libertador Bolívar.
Pese a que la hinchada de la curva sur (donde se encuentra la barra más brava de Wilstermann, los Gurkas) salió también a la Libertador, no se presentaron incidentes y ambos grupos de fanáticos se entremezclaron sin problema, no hizo falta una cápsula de seguridad.
APUNTES
Abusivos, prensa argentina
Como si por ser argentinos se les debiera dar todo, dejaron a la prensa valluna sin espacio para trabajar, ingresaron a las cabinas en forma prepotente.
Sin cabina River Plate
La dirigencia de Wilstermann dispuso de una cabina de prensa para dársela al River Plate, sin consultar a los perjudicados que quedaron sin lugar de trabajo.
Se quema globo aerostático
Un globo aerostático con los colores del Wilstermann se elevó desde la curva sur, pero unos segundos después se quemó. Por suerte no provocó ningún tipo de daño.
Nadie se quedó fuera
Ningún hincha con entrada se quedó fuera del estadio Félix Capriles, como sucedió en otros partidos con la misma expectativa. Los filtros esta vez funcionaron.
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