Bolívar llegó a Cochabamba por lana y salió trasquilado. A media semana desde los cuarteles celestes del Illimani se calculaba hasta una vuelta olímpica frente al Tunari, “si todo salía bien”.
El error de Bolívar fue calcularlo todo antes de jugar, o más bien, antes de ganar sus partidos. Entonces, igualó el miércoles con The Strongest y perdió ayer con Wilstermann.
Los aviadores salieron de la más profunda crisis desde su retorno a la Liga. Paro de jugadores, amenazas de despidos, destitución del técnico y una derrota determinante.
Y una vez resuelto todo, el rompecabezas se volvió a caer de la mesa. Se lesionó Aparicio, se confirmó el debut del portero Cartagena y luego se lo canceló, para volver a confirmarlo sobre el final. Además, todo esto obligó a un cambio de esquema, a tan sólo 24 horas del partido.
Claro, con un cuerpo técnico que debuta en la profesional y que tiene menos de 10 días en el cargo.
Marcelo Carballo aseguró que el trabajo es producto de una labor que se viene desarrollando desde principios de año.
“Gastón y yo no hicimos magia, todo ya estaba aquí y solamente acomodamos las fichas para que los jugadores respondan y lo hicieron. esta es una victoria de los jugadores, que lo hicieron todo bien”, dijo al final del partido.
“Somos sólo facilitadores, no tenemos una fórmula mágica, es sólo el convencimiento de los jugadores de que pueden”, aseguró el técnico aviador. Pero es muy cierto que, a veces, saber mover y disponer las fichas es una gran virtud.
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