Llegó en enero de 2016, con mucha humildad, cuando pocos creían y confiaban él, ahora se ha convertido en el héroe que salvó a Wilstermann de seis años de sequía de títulos ligueros. Julio Alberto Zamora, de 50 años, el rosarino que llegó al Rojo para regalar alegrías a la hinchada, siente que la virtud del equipo para conquistar el título fue convencer a los jugadores de que podían conseguirlo.
El argentino cerró la boca a muchos escépticos y todavía no sabe cuál será su futuro como técnico. De lo que sí está convencido es de que quiere quedarse en el Aviador, club con el que logró su primer título como entrenador.
¿Se imaginó vivir este momento de alegría festejando el título?
Uno se imagina todo, porque como jugador he vivido cosas como estas, como entrenador me ha tocado llegar hasta la final y no concretarlo (con Aurora en 2010).
Todo el mundo creía que después de la segunda rueda el equipo se caía como pasó muchas veces. Pero desde que empezamos a trabajar imaginábamos este momento.
En lo personal, ¿cómo vivió esta semana previa a este partido determinante con Petrolero?
Como todas las semanas, a mí no me cambia un resultado. Vivo de la misma manera, traté de alejarme de todo lo que hay en el exterior. Por eso le pedí al presidente que no me pida que vaya a ningún lado (por entrevistas en televisión, radio o periódicos). Uno tiene que aislarse de todo eso. Por eso no miro programas deportivos, leo muy poco del diario; pero lo vivo muy tranquilo.
Estas cosas no pasan todos los días, pero hay que tener los pies sobre la tierra, porque si no te puede hacer confundir.
¿Cuál fue la virtud del equipo para llegar a esta instancia?
Que se trabajó seriamente desde que arrancamos, nunca renunciamos al juego, que era lo principal. Siempre fuimos a jugar a todo lado de la misma manera.
Cuando uno habla de que vamos a poner tres delanteros, dos enganches, la gente piensa que le estamos mintiendo (…) a veces es verdad. Pero este equipo siempre hizo lo mismo, jugamos de la misma manera: tres delanteros, dos enganches, un solo contención. Entonces, creo que la virtud fue estar convencidos. Lo más difícil de la vida es convencer, nosotros (por el cuerpo técnico) convencimos, el jugador lo entendió y por eso estamos como estamos.
En lo personal, ¿cómo se siente con este logro?
Confío mucho en mi trabajo y en el grupo que tengo. En ese sentido estoy tranquilo. Cuando vinimos en enero teníamos el 95 por ciento en contra y el 5 por ciento a favor, y hoy eso se dio vuelta, eso nos pone contentos; porque eso significa que el trabajo fue bueno.
Después del torneo veremos si continuamos o no, porque todavía estamos analizando. La situación del cuerpo técnico es sencilla, seguir trabajando, mantener la calma, porque esta situación (por el título) te puede llevar a desviarte.
Este grupo pasó muchas barreras, una de ellas fue el aspecto económico. El tema económico es importante. Lo hemos solucionado, yo hablé mucho con el presidente (Gróver Vargas), porque la gente de trabajo tiene que cobrar, jugadores cuerpo técnico, utileros, masajistas (...) En ese sentido, todo se ha normalizado.
¿Qué papel juega su familia en este momento tan importante de su vida?
Siempre están presentes, como les digo a los jugadores: siempre está la familia y después lo demás. Claro que mi esposa, mis hijos (los que están en Cochabamba), y el que está en Argentina, que me llama todos los días y a cada rato, tienen un papel importante. Lo importante es que estamos siempre juntos, a pesar de que hemos pasado malos momentos, y este es un momento lindo, no le digo que es el mejor porque no lo es, pero sí es un momento lindo.
Mi familia está ante todo, por ella dejo todo y hago cualquier cosa. En este momento mi familia es lo principal.
¿A quién le dedica este título?
A mi familia, a mis hijos, que han sufrido muchísimo, a la gente que ha confiado en nosotros. Cuando vinimos en enero eran poquitos los que confiaban en nosotros, si te digo el 5 por ciento estoy exagerando, incluso hasta los dirigentes.
Los dirigentes se peleaban para que yo no venga y el único que puso la cara y el pecho fue el presidente. Ahora todo el mundo te palmea la espalda, incluso el mismo muchacho de la ropa que nos viste quería traer su técnico, y cada vez que me ve me dice: yo fui uno de los promotores para que vos vengas. Uno se entera de todo.
El mundo futbolístico es tan chiquito que uno se entera todo. Los dirigentes que vienen ahora te palmean (...) pero bueno, como uno es respetuoso y sabe que esto es así, tiene que mantener la calma. Hasta el gerente del club dijo: este cuerpo técnico no dura tres fechas, y eso te duele porque en definitiva es el beneficio para el club y vos lo ves que viene, te saluda, te palmean, pero bueno…esto es así.
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