Las entradas para la programación definitoria del domingo entre Wilstermann y Petrolero fueron agotadas a poco de ser puestas a la venta, hecho que originó protestas de mucho aficionados que habían acudido a las ventanillas del estadio Capriles desde tempranas horas.
A pesar de que se había limitado la venta de cinco entradas por persona, el anunció de que se habían agotado las entradas provocó muestras de molestia y protestas, conjeturándose que muchas entradas ha ido a manos de revendedores que seguramente el día del partido querrán hacer su agosto elevando el precio de las mismas.
El presidente del club Grover Vargas, manifestó que efectivamente se volteó la taquilla y se asegura un apoyo cerrado al equipo.
A manera de acotación refirió que seis puntos de venta se habían habilitado para el efecto, y ello determinó que la demanda había superado sus estimaciones. Por lo demás, el tema de seguridad, ha sido coordinado con la policía, y se dispuso que dos anillos de control se establecerán en las afueras del estadio, ello con la finalidad de evitar cualquier contratiempo y para comodidad de los aficionados.
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