jueves, 6 de julio de 2017

La noche de la esperanza

En un partido complicado, Wilstermann venció anoche a Atlético Mineiro y avivó la esperanza de clasificar a los cuartos de final de la Copa Libertadores de América.

En una noche fría pero que se vivió con mucha emoción, los hinchas aviadores terminaron la jornada con una amplia sonrisa y con la esperanza de ver a su equipo en la siguiente instancia del torneo internacional.

Durante la previa del partido, la parcialidad aviadora expresó su emoción a través de cánticos y aplausos que se hicieron ensordecedores cuando el Rojo salió a la etapa de calentamiento. A falta de 10 minutos para el inicio del partido, el estadio Capriles se tiñó de rojo; humos, petardos y mucho papel picado fueron parte del escenario que recibió al elenco cochabambino.

Antes del pitazo inicial, los seguidores del local hicieron vibrar a los espectadores que se contagiaron de la alegría que desbordó de la barra apostada en la curva sur.

Los ataques del crédito valluno arrancaron aplausos de sus aficionados en los primeros minutos del encuentro, pero mientras iba transcurriendo la etapa inicial el clima frío que se hizo evidente en la noche cochabambina empezó a reducir los ánimos del público. La situación se hacía más notoria con algunas salidas de Atlético Mineiro que también buscó acercarse al arco de Raúl Olivares.

El Capriles fue algarabía total cuando Gilbert Álvarez hizo una jugada de lujo y anotó el único gol de la noche (41'PT). El estallido fue único y el grito de gol fue ensordecedor. La clásica arenga de "Wilster, Wilster" fue el complemento del festejo que simplemente aumentó los ánimos del público presente.

En el reinicio de las acciones, ni siquiera el clima frío, que fue uno de los protagonistas de la noche, impidió que la emoción se incremente. En una de las acciones, los aficionados apostados en el sector noroeste reclamaron una mano en el área grande, era penal, no lo cobraron y la molestia fue notoria, principalmente entre los que estaban apostados en aquel sector.

Tanto en el campo de juego como en las graderías fue acrecentando la emoción, sabiendo que un resultado positivo favorecía al elenco cochabambino.

El apoyo al cuadro aviador continuó hasta el final del partido, la esperanza creció y se mantuvo en el público que ahora sólo espera el partido revancha, donde un empate podría sellar el pase del Rojo a los cuartos de final de la Copa Libertadores. La ilusión está presente y la historia puede continuar.

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