miércoles, 12 de abril de 2017

El público no abandonó el estadio pese a la lluvia torrencial. Wilster regaló otra victoria.

Ni la lluvia, ni el frío, ni el viento importaron. Todo ello quedó en un segundísimo plano. Pesó más el calor que generó la alegría de saber que Wilster logró lo que tanto deseaba: los tres puntos en casa, ante el Atlético de Tucumán.

Y las tribunas del escenario cochabambino se encargaron de graficar la gratitud de la gente. No solo fueron los rostros con sonrisas esbozadas los que dejaron en claro la sensación, sino también los aplausos, que no cesaron en ningún momento.

Tampoco faltaron los cánticos, esos que se repiten cada fin de semana cuando el cuadro local disputa algún compromiso liguero. Sin embargo, las canciones de ayer tuvieron notas especiales. Se trató de una jornada en la que Wilstermann le dio colores a una página que, inicialmente, se presentaba en blanco y negro.

Había cierto descrédito en torno a lo que podría haber hecho el cuadro anfitrión en el lance.

Su racha en el campeonato doméstico no es la mejor, pues marcha décimo en la tabla de clasificaciones. Aún así, el elenco dirigido por el peruano Roberto Mosquera mostró otra cara, salió al frente y tomó vuelo para adueñarse de la cima del Grupo 5 en la Copa Libertadores de América.



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