miércoles, 12 de abril de 2017
El día del triunfo
Luego de varias semanas y partidos sin conocer de victorias, llegó la noche del reencuentro con el triunfo. Ni el frío ni la lluvia pudieron frenar el desborde de una parcialidad ansiosa de buenos resultados, aquellos que nuevamente volvieron a Wilstermann.
"San Pedro es de Wilstermann", dijo un fanático cuando empezó a caer la lluvia. No se equivocó. La lluvia fue un presagio de lo que sucedió más tarde.
A poco más de hora y media del inicio de la brega, poco público se dio cita al estadio Félix Capriles.
Mientras caía la tarde y el aguacero volvió a hacerse presente (tal como sucedió ante Peñarol), los hinchas aviadores comenzaron a hacer fila para ingresar al recinto.
Pese al poco optimismo de sus fanáticos, una buena cantidad de espectadores llegaron para apoyar al Rojo y brindarle su aliento por poco más de 90 minutos.
Entre tanto, una nutrida barra de Atlético Tucumán (alrededor de 250 personas) apoyaron a su equipo desde la tribuna de General con el cántico "¡Dale Deca!".
El encuentro inició y la fiesta comenzó a vivirse más en las tribunas que en el campo de juego.
Hinchas rojos y albicelestes, como muestra de tolerancia hacia el prójimo, vivieron una jornada tranquila en base a la fiesta deportiva, tal y como siempre debe ser bajo cualquier contexto.
Los minutos transcurrieron y el fútbol comenzó a hacerse presente con esporádicas llegadas sobre los arcos del aviador Raúl Olivares y del Decano Cristian Luchetti.
La desesperación por la falta de goles se sintió en las gradas, pero el aliento y aplausos para los aviadores pudieron más.
Transcurrieron los minutos y el gol no se hizo presente, pero sí una fuerte lluvia que obligó al público a comprarse ponchillos desechables. Un negocio aparte para los vendedores que hicieron "agosto" en pleno mes de abril.
La precipitación aumentó y el aliento disminuyó un poco por el incremento del aguacero, pero el público no se levantó de su lugar con la esperanza de ver un gol del Rojo.
Las gotas de agua no dejaron de caer y la incertidumbre creció más con respecto al segundo tiempo, y un 0-0 que parecía inquebrantable.
Ya en el complemento y con la lluvia más tenue, el estadio Félix Capriles se enmudeció con el gol de Jairo Palomino. De fondo, La Inimitable, parcialidad del Decano, festejó ruidosamente.
Un silencio inquebrantable se apoderó de la fanaticada aviadora. Atlético Tucumán se hizo dueño del partido y el espectáculo.
Esa barrera del silencio se rompió con Gilbert Álvarez y un ansiado reencuentro con el gol. El grito de desahogo llenó de ánimos al dueño de casa que se fue al frente y por más.
El júbilo se apoderó de la fanaticada roja con el tanto de Luis Carlos Cabezas, y una tranquilidad necesaria para cortar la racha adversa de resultados.
Pese a que los minutos finales se vivieron con los dientes apretados y con el "Jesús en la boca", Wilstermann pudo gritar "¡Victoria!" y la feligresía roja se fue contenta a casa.
Los que asistieron a la brega no se arrepintieron de ir a ver a su equipo ganar, pese al mal clima reinante. Los que no fueron se perdieron una cita con la historia.
MOSQUERA: "DESTACO LA FUERZA ANÍMICA"
El entrenador de Wilstermann, Roberto Mosquera, destacó anoche el triunfo de su equipo gracias a la "fuerza anímica que tuvieron" para volcar el 0-1 adverso ante Atlético Tucumán.
"Destaco la fuerza anímica de los jugadores para dar la vuelta un marcador. Se jugó ante un equipo complicado que sabe jugar al fútbol", indicó el estratega colombiano-peruano.
A tiempo de felicitar a su rival de turno por el partido realizado, Mosquera resaltó el aporte de Gilbert Álvarez en el gol del empate transitorio, fundamental para construir una victoria que parecía lejana.
"La entrada de Gilbert (Álvarez), por la fuerza que tiene, fue importante, y muy merecido (por el gol). Fue bastante criticado y hubo mucha mala intención para con él. Es verdad que tuvo una sequía de goles, pero el gol lo tiene adentro", resaltó el director técnico de los aviadores.
Sobre las posibilidades de Wilstermann en la Copa Libertadores, Mosquera resaltó el liderato momentáneo y la confianza obtenida hacia el futuro.
"Los tres puntos suman, pero es más importante la confianza que sumamos en el equipo", concluyó.
LAVALLÉN: "LA DERROTA NOS DEJA CASI AFUERA"
El estratega de Atlético Tucumán, Pablo Lavallén, sostuvo ayer que las esperanzas de clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores de América se ven bastante complicadas, mucho más porque ahora no dependen de sí mismos.
"Era el partido que, por los resultados que tuvimos antes, debíamos ganarlo. Un empate nos hubiera dejado quizás con vida, pero incómoda. Este resultado nos deja casi afuera, ya no dependemos de nosotros", dijo Lavallén.
Más allá de las ausencias de Cristian Menéndez, Enrique Meza Britez e Ignacio Canuto, el entrenador tucumano indicó que puso en cancha a su mejor elemento disponible, pero que perdieron una gran chance de tener mayores aspiraciones a clasificar.
Sobre el juego y planteamiento en Cochabamba, Lavallén tocó nuevamente el tema de la altura, aquél que nunca pasa desapercibido para los elencos argentinos.
"Jugar en un lugar de altura siempre es complicado, mucho más sobre los minutos finales. Tratamos de tomar los recaudos necesarios, pero lo que Wilstermann no pudo generar por debajo, lo hizo por arriba. Por el desgaste del primer tiempo no pudimos terminar bien el partido", concluyó.
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