lunes, 20 de marzo de 2017

Thomaz, de un 2014 incierto a su consagración total en 3 años

Cuando llegó a Wilster, nadie sabía que el brasileño-boliviano sería hoy la estrella del club. El volante, que tuvo una actuación memorable ante el Peñarol y el Palmeiras, cuenta con 1.453 seguidores en el Facebook.

Los 1.453 seguidores que tiene en su cuenta de Facebook pueden parecer poco menos que un número diminuto ante la monstruosa cifra de 86.586.303 que Lionel Messi se da el gusto de lucir en esa red social o (yendo aún más lejos) frente a los 117.981.681 fans que el portugués Cristiano Ronaldo ostenta.

Números que obnubilan, si los hay.

De todos modos, aquí no está en juego su fama mundial. Lo que pesa es el cariño que se colgó en la espalda luego de tres años en los que forjó un nombre, una carrera, un estilo genuino, una identidad franca y un espacio en el corazón de la hinchada de Wilster.

Ese no es otro sino Thomaz Santos, el brasileño nacido en Sao Paulo que decidió abrazar la nacionalidad boliviana porque tiene un hijo nacido en esta tierra y porque sueña con lucir los colores de la Tricolor de aquí a poco, si la suerte y los resultados conspiran juntos a favor.

Fueron necesarios tres años para salir del anonimato, convencer al pueblo aviador con goles y adueñarse por completo de un puesto en el once.

Cuando llegó al club, a mediados de 2014, era un refuerzo más. Sus antecedentes deportivos (su último equipo fue el Brasiliense) hacían danzar la imaginación en clubes como el Gurupi, Inter de Lages, Gremio Barureri y Río Claro. De allí en más, fue el propio Thomaz el que se encargó de dar crédito y forma a aquellos simples datos.

Lo hizo con su talento.

Al principio, exactamente desde el 25 de agosto de 2014, los comentarios en torno a aquel sujeto desconocido iban desde un “Quisiera saber su procedencia y en qué clubes militó porque parece un jugador amateur nomás”, hasta un “Si este jugador se queda en el club solo nos queda apoyarlo ¿Quién nos dice que este man nos resulte igual que Vladimir Marín?”

La duda estaban servida.

Casi tres años después, la figura ha mudado. Thomaz, de 30 años, es hoy el crack aviador, el ídolo del Wilster, el Hércules de acero colorado.

Y fue necesario que desenfundara sus dos pies de plomo en los últimos 14 días, precisamente, en la Copa Libertadores.

El 7 de marzo pasado, comenzó a profundizarse el “proceso de consagración”.

Cuando Wilster recibió al Peñarol uruguayo en el Félix Capriles (en una noche que invitó a la comunión del disfrute colectivo y al fin de los prejuicios sembrados sobre la actuación del plantel y la eficiencia del DT peruano Roberto Mosquera) y lo goleó por 6-2, el volante tuvo muchísimo que ver.

Él fue quien marcó uno de los tantos, fue también quien se apoderó de la pelota para plasmar en el terreno su caudalosa creatividad, misma que surtió efecto indiscutible.

Desde aquella noche, nada fue igual. Pocos minutos después de la victoria, increíble para muchos, las redes sociales (Instagram, Twitter y Facebook) y las calles comenzaban a tranformarse en los canales por los que viajaba el nombre del jugador. Era el nacimiento de un nuevo referente del cuadro y el fin del descrédito natural con el que llegó al club en 2014.

Hace unos días, cuando el cuadro cochabambino visitó al Palmeiras en Brasil, el volante sufrió una fractura en uno de sus dedos que lo obligó a pasar por una pequeña cirugía.

No obstante, el grupo de prensa de la institución comunicó que todo salió bien y no tiene dificultades para entrenar con normalidad.

Quizás porque la dirigencia de la entidad conoce las virtudes del crack es que no dudó en asegurar su cuota goleadora hasta el año próximo. Fue en noviembre pasado cuando el presidente de Wilster, Gróver Vargas, cerró el trato con el futbolista, que gustoso estampó su firma.

LA SELECCIÓN, SU PRÓXIMA PARADA De menos a más, así fue forjando su día a día en Wilster. Y también así pretende dibujar su camino, con miras a su posible inclusión futura en la Selección Absoluta. Ya es boliviano.

El trámite, que inició en abril de 2016 y concluyó en febrero de 2017, es cosa del pasado, una prueba necesaria superada.

Ahora, Thomaz pretende seguir en carrera, aumentar su palmarés y ser candidato para grandes cosas.

Siempre fue muy claro. Dios es su prioridad. A Él le debe toda su gloria.

30

Años tiene

Thomaz, es padre y fue parte de Wilster cuando logró el título del Clausura 2015-2016.

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