El nuevo refuerzo aviador, el delantero español David Mainz llevará la mítica dorsal número 7. El jugador, que fue presentado ayer, tiene ahora el reto de calzarse y cumplir con buena parte de la historia de Wilstermann.
Dicen que el número no hace al futbolista, sin embargo existen jugadores que inmortalizaron y construyeron verdaderos mitos en torno al número de una camiseta.
El número 10 es uno los más simbólicos en el mundo futbolero. Es imposible pensar a Pelé, Maradona, Platiní, Romero o ahora Messi, con una camiseta que no sea la que lleva el 10 en el dorso.
Otro número simbólico es el mítico 7. Aunque está venido a menos en su función tradicional por las nuevas disposiciones tácticas.
La alegría del pueblo que llevó a las tribunas del mundo Garrincha con sus piernas chuecas; la clase y efectividad letal que paseó Jairzinho por los mundiales y trajo hasta Cochabamba en los ochenta; o la picardía y velocidad que mostró Caniggia, son solo algunas de las figuras que mitificaron esa 7.
En Wilstermann basta con recordar a César (el inmortal Cuculuru) Sánchez, para saber el valor de la camiseta número 7. O Juan Carlos Sánchez, el boliviano homónimo del destacado argentino, que también fue genio y figura en el Rojo. Ambos marcaron la primera y la segunda época dorada aviadora en la década de los 60 y 70.
Con la 7 también brilló un trío de extranjeros inolvidable. Los argentinos Alfredo Almada (1984-88), Juan José Urruti y el paraguayo Gabriel Díaz, éstos, a mediados y finales de los 90, respectivamente.
¿Estará Mainz a la altura de esa historia? sólo él puede responder y debe hacerlo en la cancha.
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