Luego de seis años de sequía, finalmente el anhelado campeonato se hizo presente en la familia aviadora. Wilstermann volvió a gritar campeón y Cochabamba se paralizó para festejar el nuevo éxito de la escuadra roja. Una tarde de domingo, Cochabamba se tiñó de rojo y azul.
El día comenzó diferente en Cochabamba. Los hinchas rojos aguardaron ansiosos la hora del encuentro. En el estadio, las filas se hicieron casi interminables desde las 09:00.
A las 13:00 se abrieron las puertas y a las 14:30 quedaban pocas localidades disponibles en la curva sur y la Preferencia.
Los intentos de avalancha y algunos desmanes en el exterior del recinto fueron mitigados por la gasificación de los efectivos policiales.
Una vez dentro, los hinchas armaron su fiesta. Los corazones latían más fuerte a medida que el encuentro se acercaba.
A cinco minutos del inicio, el público recibió al elenco aviador con papel picado, humos rojos y azules. La fiesta era total y la adrenalina subió de tono con el transcurso del encuentro.
El gol de Enzo Maidana, delantero de Petrolero, silenció el estadio Félix Capriles. El alma volvió al cuerpo de los fieles fanáticos rojos cuando el juez Álvaro Campos invalidó la jugada.
La preocupación y los nervios se hicieron cada vez más notorios en las gradas por el flojo rendimiento del equipo.
En el entretiempo, una gasificación en exteriores de la curva sur afectó el vestuario de Petrolero y el encuentro estuvo cerca de suspenderse.
Luego de que el juez aceptó continuar la brega, los nervios afloraron aún más en un segundo tiempo para el olvido.
Con el pitazo final, ya nada más importó. La mayoría de los presentes saltó de emoción y se abrazó en las gradas. Lágrimas de emoción brotaron de los hinchas. No era para menos, el título volvió a Cochabamba.
Mientras muchos festejaban por la consagración, otros aficionados se mostraron disgustados por el empate y el rendimiento del equipo.
Todos se fundieron en un abrazo: jugadores, dirigentes y algunos pocos hinchas que burlaron el fuerte control policial.
Los festejos se trasladaron del estadio hacia las calles de Cochabamba.
El paseo de El Prado fue tomado por los fanáticos aviadores, quienes se abrazaron y cantaron juntos por la nueva consagración.
El equipo se hizo presente alrededor de las 20:00 en la plaza de Las Banderas, sobre una tarima armada para el festejo del Rojo.
Miles de hinchas aplaudieron a los campeones nacionales y bailaron al ritmo de la cueca aviadora escrita y compuesta por Arturo Sobenes.
La fiesta se extendió por varias horas en las calles de Cochabamba.
VARGAS ASISTE
El presidente aviador, Gróver Vargas, asistió al estadio Félix Capriles para presenciar la consagración de su club.
A pesar de que Vargas tiene arresto domiciliario, el titular rojo pudo celebrar con los jugadores.
De la mano de su hija, Vargas soltó lágrimas de emoción y agradeció a la prensa deportiva, hinchas y dirigentes por todo el apoyo brindado. Luego de todos los conflictos, Wilstermann logró festejar y dejar atrás todo.
PROYECTO
El Gobernador de Cochabamba, Iván Canelas, felicitó al club aviador y anunció que se ejecutará un proyecto para la ampliación del complejo deportivo.
Con esto, Wilstermann podrá ampliar su infraestructura y patrimonio en el comodato de la laguna Alalay, recinto que actualmente cuenta con una cancha principal, dos auxiliares (aún por entregarse), área de vestuarios, gimnasio, sala de utilería y otros. Se prevé que las nuevas dependencias sean para reuniones y conferencias.
CONTROL POLICIAL
Salvo algunos cuantos incidentes aislados, el trabajo de la Policía Nacional fue bastante bueno. Ninguna persona se quedó en exteriores con boleto en mano y el plan de seguridad fue ejecutado con el éxito deseado.
Una vez pasados los festejos, los efectivos policiales permanecieron en el recinto deportivo y aguardaron hasta que el público abandone todos los sectores del estadio Félix Capriles.
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