Desde el inicio del partido entre Wilstermann y Palmeiras, la hinchada aviadora hizo sentir su aliento con cánticos, papel picado y mucha emoción, que de seguro elevó los ánimos de los jugadores.
Esa fiesta se prolongó aún más una vez concluido el encuentro, pues llenó de felicidad a todos los que presenciaron el cotejo en el principal estadio que tiene Cochabamba, el Félix Capriles, incluidos los futbolistas que lograron ganar.
“¡Dale Rojo, dale dale Rojo!” o “¡Wilster!, ¡Wilster!” fueron algunos de los gritos durante los 90 minutos cada una de las almas, que iban desde los 9 años hasta los 90. Sin duda, mostraron mucha pasión a los colores de su equipo.
A aquellos cánticos, acompañaron las palmas del público y el sonido de las cornetas y los tambores de las barras bravas aviadoras.
Al final, los más de 16 mil corazones rojos despidieron a sus jugadores con el alma pues le dan al club y a Cochabamba la posibilidad cercana de conseguir el pase a los octavos de final de la Copa Libertadores de América.
Precisamente, los futbolistas celebraron con mucha alegría el triunfo y se aferran a conseguir el ansiado boleto a la siguiente instancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario