En febrero de 1983, a la cabeza de Willy Soria, el directorio de Wilstermann decidió invertir 40.000 dólares, un remanente de la venta de dos jugadores, para la compra de una vivienda para la institución. Tras refacciones un 11 de junio de ese mismo año fue inaugurada la sede.
“Teníamos la necesidad de resolver varios problemas. El patrimonio de un expresidente estaba en riesgo de remate, porque el club debía cualquier cantidad de plata. Teníamos dos jugadores que querían irse a como dé lugar y habían dos dirigentes de los clubes Bolívar y Blooming que querían a esos jugadores. Entonces, vimos la necesidad de arreglarlo todo antes que se fueran del país”, contó Soria.
El exdirectivo dijo que se reunió con los dirigentes de Blooming, Tito Paz, y Bolívar, Mario Mercado, para negociar la salida de ambos jugadores.
“Vendimos a Raúl Navarro por 220 mil dólares al Bolívar, la venta más grande que se ha negociado en Bolivia, y a Gastón Taborga al Blooming por 80 mil dólares”, reveló.
Con estos recursos, según cuenta Soria, se salvó el patrimonio de Alfredo Salazar, además de pagar otras deudas.
“Nos quedó un remanente y decidimos invertir en la compra de una sede. Buscamos mucho y al final encontramos esta casa que era del señor Ramos. Sin dudar mucho y con el apoyo importante del vicepresidente Orlando Verduguez, que nos hizo la parte legal, la compramos” en febrero de 1983, contó Soria.
El inmueble que se convirtió en el hangar de los aviadores por 35 años costó a aquella dirigencia 40 mil dólares.
“Gastamos muy poco dinero en la refacción y adaptación. Ahí recibimos cooperación de muchas personalidades, aficionados al club. Algunos nos ofrecieron material de construcción, trabajo, así lo adecuamos. Incluso para la sala de reuniones alguien nos regaló una mesa grande y 12 sillas”, destacó el exdirectivo.
Antes de la compra del inmueble el club aviador peregrinó de lugar en lugar, espacios que eran alquilados.
“Hasta ese momento vivíamos en alquiler, hemos vivido en la San Martín y Ecuador, hemos vivido donde era la oficina de la Asociación de Fútbol de Cochabamba, donde pudimos, antes de utilizar estos ambientes”, señaló el exdirigente.
Willy Soria hace años fue el dirigente que siempre volvía a la institución cuando la situación se complicaba. Incluso junto con el doctor Orlando Verduguez le pusieron cerrojos a los papeles de la sede, para que ésta no pueda ser negociada.
“La sede en los primeros años no fue embargada, porque el club Wilstermann no estaba en orden con su personería jurídica, había una especie de sociedad en el que estaban algunos dirigentes, por eso se ha salvado, porque si no nos hubieran rematado en cualquier momento”, explicó.
“El doctor Orlando Verduguez, que fue presidente de la Corte de Justicia, puso un seguro para que jamás pueda ser rematada, dentro la escritura misma se puso para que la sede no sea negociable, no se pueda vender nada”, continuó.
Pese a estas medidas, años después la sede estuvo varias veces a riesgo de ser embargada por las deudas que tenía el club con Grandes Contribuyentes (Graco); sin embargo, cada uno de los directorios evitó con mucho esfuerzo que esto no sucediera.
Ese primer hangar del club rojo fue el búnker de los aviadores por 35 años y obviamente que sea derribado, aunque sea para construir el nuevo edificio, causó nostalgia en el artífice de su compra.
“A un principio cuando me enteré por la prensa que iban derruir la casa vieja, me dio nostalgia, les digo con la mayor honestidad, pero después cuando me informaron que es lo que iban a construir, les he ofrecido el respaldo más firme para que continúen”, manifestó Soria a tiempo de felicitar a la actual dirigencia por el esfuerzo que hace para edificar una sede para la institución.
“El esfuerzo que hicieron los primeros dirigentes está siendo superado claramente por una nueva generación de dirigentes. Creo que hemos comprendido al fin que la función básica de la dirigencia es hacer una institución que se logra con sacrificio, con esfuerzo y fundamentalmente con una visión clara de lo que necesitamos para consolidar definitivamente una gran institución, como es el Wilstermann”, comentó.
El sueño, que tuvo Willy Soria hace más de 42 años cuando asumió por primera vez la presidencia del club, de ver un equipo fuerte tanto en lo deportivo como en lo institucional poco a poco se va cumpliendo, señaló, durante el inicio de obras de la nueva sede el pasado 27 de noviembre.
MÁS DATOS
Travesía de Soria se inició hace 42 años
“La primera vez que asumí la presidencia del club Wilstermann fue en 1976, antes de la fundación de la Liga. Al año siguiente junto con Alfredo Salazar fuimos y estuvimos presentes en la fundación de la Liga”, cuenta Willy Soria.
Mauricio Méndez, expresidente del club aviador e historiador del Wilstermann, cuenta que Soria siempre estaba presente cuando se lo necesitaba, por ejemplo, para que el club no quede en acefalía cuando un presidente renunciaba.
APUNTE
“Giraba cheques desde la granja”
“Yo era un gerente de una fábrica de alimento para pollos, ahí me fueron a buscar Peñaloza, Alfredo Salazar y Natalio de la Zerda y me invitaron a presidir la comisión económica. Yo iluso dije un honor, pero el presidente de la comisión económica era el encargado de buscar plata y así fue todo el tiempo”, contó Soria.
“Giraba cheques que decían ‘compra de alimentos para la granja’ en el talón, pero en los cheques se ponía el nombre de los jugadores, así se pagaban los sueldos”.
INFRAESTRUCTURA
Complejo propio es la próxima meta
La dirigencia de Wilstermann empezó a lograr el sueño de contar con una sede que cubra las necesidades actuales y su próxima meta es conseguir un terreno de no menos de siete hectáreas para su propio complejo.
El actual presidente del club, Gróver Vargas, anunció que se está proyectando la compra de un terreno para implementar un complejo propio, donde se tendrá canchas no sólo para la división profesional, sino sobre todo para las inferiores que requieren mayor infraestructura.
Nueva sede será un edificio de siete plantas
Los Tiempos
La nueva sede del club Wilstermann será un edificio de siete plantas y que aprovechará al máximo los 200 metros cuadrados del terreno.
La nueva infraestructura albergará no sólo las oficinas que funcionabann en la anterior casa, sino ofrecerá a los hinchas un museo donde podrán ver los trofeos, las fotos históricas y videos de los logros del club. Este espacio estará en los pisos dos y tres.
En la planta baja y en el primer piso se tendrán diferentes tiendas con artículos del club oficiales.
En el cuarto y quinto piso estarán las oficinas de las divisiones profesionales y menores.
Finalmente, en el sexto piso se tendrá un auditorio que servirá para los actos oficiales del plantel, cursos y conferencias.
Esta obra demandará alrededor de medio millón de dólares, que según la dirigencia no saldrá de los fondos del club, sino se financiará con el apoyo de empresas amigas y auspiciadoras.
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