viernes, 19 de agosto de 2016

Un final amargo



Papel picado, humo de colores y cánticos llenos de esperanza, así recibieron los más de 19 mil aficionados a Wilstermann, ayer en el estadio Félix Capriles, en el partido de vuelta contra Sol de América de Paraguay, donde el rojo perdió (4-5) en la ejecución de penales y resignó la posibilidad de pasar a la siguiente fase de la Copa Sudamericana y recibir 300 mil dólares más, aparte de los 250 mil que percibió al inicio.

"Dale rojo… y dale, dale rojo…", corearon los hinchas aviadores cuando el equipo salió al campo de juego cargado de esperanza, de hacer un buen partido y conseguir una clasificación histórica para su institución.

Las calles aledañas al templo del fútbol valluno se pintaron de color rojo, no parecía un día normal de jueves, muchos niños llegaron de prisa con sus papás y todavía llevaban los uniformes de sus escuelas. Lo propio aconteció con diferentes trabajadores que arribaban a paso veloz al estadio, con sus ternos, corbatas e indumentarias de sus fuentes laborales. Nada pudo contener la ilusión y el fanatismo de los hinchas que asistieron de forma masiva para alentar al equipo de sus amores. Algunos hicieron uso de la tolerancia especial dispuesta por el Ministerio de Trabajo para la jornada de ayer.

Las curvas norte y sud estuvieron colmadas, pero no llenas por completo, al igual que preferencia. La zona de general presentó vacíos notorios en los aleros; sin embargo, según el borderó, sólo se vendieron 15. 057 de las 27 mil entradas que se pusieron a la venta. Lo cierto es que algunos revendedores se quedaron con boletos en mano porque a falta de 30 minutos de comenzar el partido todavía tenían entradas a la venta, incluso las ofrecieron al mismo precio.

Partido

El comienzo del partido se dejó esperar por algunos minutos porque ambos equipos salieron con un poco de antelación al horario principal, y por el tema de transmisión la terna de árbitros ecuatorianos decidió esperar que el reloj marque la hora puntual para dar el pitido.

Cuando la pelota comenzó a rodar, los aficionados sólo seguían con atención los sucesos del encuentro, hasta que en el minuto 38 más de uno saltó de su lugar y se agarró la cabeza porque Gilbert Álvarez falló una oportunidad clara de gol dentro del área.

Cuando Thomaz Santos abrió el marcador, todos los asistentes brincaron con los brazos extendidos y gritaron a viva voz el gol del mediocampista brasileño.

Pero cuando Isaac Díaz convirtió la igualdad el estadio enmudeció, mientras, dentro el campo de juego los paraguayos festejaban. En la tribuna de preferencia la veintena de hinchas que vinieron desde Paraguay aplaudieron la acción con mucha mesura.

Durante la tanda de penales predominó un aura de nerviosismo, y cuando Miguel Suárez marcó el penal definitorio los asistentes salieron desilusionados del campo. Más de uno recriminó a los jugadores en el boca túnel al vestuario, donde los futbolistas entraron con la cabeza agachada.



PREMIOS

Wilstermann dejó escapar la oportunidad de recibir 300 mil dólares más por no clasificar a la segunda fase de la Copa Sudamericana. Con los 250 mil dólares que recibió por acceder a este torneo hubiera sumado un total de 550 dólares, monto que habría generado un gran alivio institucional.

Empero, los equipos bolivianos que sí recibirán esta suma son Bolívar, Blooming y Real Potosí, clubes que pasaron de fase en el torneo internacional. Según Rolando López, presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y tesorero de la Conmebol, este dinero será una buena "inyección económica" para la Academia cruceña y el Lila, instituciones que tienen sumas importantes de deudas. Es más, se conoció que Blooming tuvo que conseguir los recursos para viajar, ya que no contaba con dinero.

Hasta el momento, los tres equipos marcan historia en el fútbol nacional al pasar a la siguiente ronda, y de encaminarse a la tercera fase podrían recibir 750 mil dólares.

López aseguró que el campeón de este torneo percibe un premio de 2 millones de dólares.



DE PRIMERA MANO

Quejas del veedor

Álvaro Silva, veedor uruguayo designado por la Conmebol, resaltó que los vestuarios de los árbitros son "inaceptables" y que la terna ecuatoriana por no hacer problemas aceptó quedarse ahí. "Para un estadio como este es inaceptable tener esos vestuarios para los árbitros. De buena voluntad los árbitros se quedaron ahí", dijo.

Luego, resaltó la infraestructura del estadio Félix Capriles.

Entrenadores

Julio Alberto Zamora, entrenador de Wilstermann, y Javier Sanguinetti, de Sol de América, asistieron al partido con diferentes estilos de vestimenta, pero con el mismo ímpetu y carácter.

Sanguinetti vistió formal con un traje negro, camisa blanca y zapatos cafés. Mientras, el rosarino Zamora, fiel a su estilo, presentó un atuendo casual y sencillo, un suéter negro y pantalón jean.

Seguridad

Desde las 14:00, las calles aledañas a al estadio Félix Capriles se cerraron con los anillos de seguridad previstos por la Policía. Pero los aficionados no se hicieron problema y llegaron al escenario caminando en pleno sol radiante que llegó a los 23 grados.

En las puertas de las tribunas, los efectivos procedieron a la revisión de los bolsones para impedir el ingreso de petardos u otros objetos que perjudiquen el espectáculo.


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